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¿Donde les gusta a los perros y los gatos que los acaricien?


Muchas veces nos olvidamos de la naturaleza bidireccional de nuestro vínculo con los animales con quienes compartimos nuestro mundo, especialmente los perros y gatos. Para muchos de nosotros, de las cosas que más nos gusta acerca de ellos es poder tocarlos y acariciarlos cuando queramos.


El contacto físico es una interacción muy importante para la mayoría de los mamíferos y especialmente para los primates, quienes construimos y mantenemos nuestros vínculos cercanos mediante diversas variantes como abrazos, besos, caricias y toques del pelo (¿será quizás por esa naturaleza compartida con nuestros parientes más cercanos el gran éxito de las peluquerías?). Ya hace varias décadas que se sabe que el acariciar suavemente a un perro tiene un efecto calmante, disminuyendo la presión arterial y frecuencia cardíaca de la persona. Lo más interesante es que también se produce un aumento de los niveles de oxitocina (neuro-hormona que actúa como mediador de muchos procesos cerebrales relacionados con los vínculos sociales y la disminución del estrés), endorfinas y prolactina tanto en la persona como en el perro. Este sincronización fisiológica y beneficios mutuos compartidos seguramente son producto del proceso de co-evolución y la larga historia compartida entre ambas especies.



Pero ¿cómo acariciarlos? ¿lo disfrutan? ¿qué les gusta? Se ha visto que darles la posibilidad de elegir, observar su lenguaje corporal y saber dónde prefieren ser acariciados es fundamental para que la instancia sea disfrutable para ambas partes.


¿Quiere ser acariciado?


Una forma de averiguarlo, quizás la más obvia pero que no siempre aplicamos es preguntarles si quiere tener contacto físico con nosotros. Podemos bajar las manos abriéndolas en señal de invitación, e incluso llamarlo y ver si se acerca. Con perros miedosos o inseguros puede ayudar agacharse y ponerse a su nivel, para dar una imagen menos amenazante. Si bien las miradas compartidas es un elemento muy importante en la comunicación afiliativa entre perros y personas, algunos animales pueden verse intimidados o incluso asustados si se los mira fijamente, especialmente alguien desconocido.

Si el gato o perro viene, te huele la mano y se va, desafortunadamente no quiere ser acariciado es ese momento. Si en lugar de eso el gato viene y refriega su cabeza o cuerpo contra tí, es una respuesta afirmativa a tu invitación y puedes empezar a acariciarlo. El comportamiento de frotar la cabeza tienen la función de depositar feromonas, señales muy importantes para la comunicación social en gatos.

De la misma forma, si el perro se acerca y se queda cerca, a veces incluso tocándote con el hocico tu mano, o simplemente ofreciendo su flanco, es que le gustó la idea de compartir caricias contigo.


Darles la posibilidad de elegir puede ayudarlos a sentirse en control y menos estresados, lo que a su vez tiene un impacto significativo en su bienestar. También tenemos el beneficio adicional de hacer menos probable que nos muerdan o arañen, ya que no los estamos forzando a una situación donde ocurren cosas que no les gustan.

¿Dónde acariciarlos?


Los gatos generalmente prefieren ser acariciados en la cara, cerca de las glándulas de marcaje, que están ubicadas en el mentón y mejillas, entre los ojos y orejas (donde hay menos pelo) y alrededor de los labios. También les gusta las caricias debajo del mentón, pero generalmente no les gusta ser tocados cerca de la cola. Cuando se estiran boca arriba, no es una señal de que quieren ser acariciados en la barriga, cosa que quizás hayas aprendido a la fuerza tratando de hacerlo. Aunque hay muchas diferencias individuales, a la mayoría de los gatos no les gusta ser acariciados en la barriga, especialmente por alguien que no conocen.



Según un estudio que analiza el lenguaje corporal y conductas de los perro, ellos también tiene preferencias acerca de dónde ser acariciados. Generalmente, prefieren el costado del pecho o los hombros, o el la parte superior del pecho bajo la barbilla, pero no disfrutan tanto cuando tratan de tocarlos sobre la cabeza. Trata de no inclinarte sobre ellos cuando los toques, especialmente con perros desconocidos,de tamaño muy pequeño, o inseguros. Típicamente tampoco les gusta ser tocados o agarrados del hocico o el collar. Nuevamente, cada individuo es único, por lo que es importante prestar attention al que tienes enfrente para saber qué le gusta. Tanto perros como gatos, parecen preferir ser acariciados en el sentido del crecimiento del pelo y no en dirección contraria.


Prueba de consentimiento.


Puedes realizarla una vez que has empezado a acariciarlo. Simplemente deja de tocarlo y observa que pasa. Si el perro o gato se levanta y se aleja, aunque sea un poco, deberías asumir que ya tuvieron suficiente y no quieren continuar con la sesión de mimos.

Si por otra parte, te tocan con la pata o el hocico, es una señal de que quieren más. Apoyar su cuerpo contra tí es otra señal en ambas especies de que están disfrutando y les gustaría que siguieras.


Prestar atención al lenguaje corporal.


Es otra forma muy importante de evaluar si el animal está disfrutando ser tocado. Tanto en gatos como en perros, si se inclinan hacia tí es una buena señal de que lo están disfrutando.

Los gatos generalmente ronronean y/o entrecierran los ojos cuando la interacción les resulta placentera. Pero hay que prestar también atención a la cola, ya que si empieza a moverse mucho puede ser una señal de que están sobre-excitando o que las caricias empiezan a ser demasiado y deberías parar. Otros signos que hay que estar atentos incluyen pupilas dilatadas, pequeños movimientos de la piel, empujarte la mano, sacar las garras y tratar de arañarte, o mirarte fijamente la mano.


En los perros, debemos buscar una boca abierta relajada y alegre, y una cola con movimiento suave y holgado. Pueden inclinarse hacia el que lo acaricia, o mover el cuerpo para poner la parte que quieren que le toquen más cerca de la mano.

Algunas señales de que el perro no está disfrutando incluyen jadeo, mirar para otro lado, lamerse la nariz o los labios, bostezar, oler el piso, congelarse, y por supuesto, gruñir. También es importante prestarle atención a la cola, si está muy baja o incluso abajo del cuerpo, y si el perro se inclina lejos de ti.

Si observas cualquiera de estas señales debes dejar de acariciarlo, y es muy importante no rezongar ni castigarlos si gruñen, ya que es una forma de expresar que algo le molesta y es un aviso importante que no queremos suprimir.



Mantener la Intensidad baja.


La mayoría del comportamiento social de los gatos, y especialmente las interacciones con las personas es poco conocido y bastante incomprendido. La mayoría de los gatos típicamente quieren interacciones de alta frecuencia y baja intensidad, mientras que muchas personas quieren menos interacciones pero por más tiempo. Esta discrepancia puede llevar a agresión defensiva en gatos, muchos siendo etiquetados como gruñones o ariscos. Es importante tener expectativas más reales acerca de las interacciones con los gatos y que sean frecuentes pero cortas, evitarán estrés innecesario, miedo e intimidación, y ayudará a fortalecer el vínculo entre el gato y su persona.


Los perros generalmente también prefieren interacciones de baja intensidad. Por ejemplo, la mayoría prefiere no ser abrazado, ya que es un contacto físico intenso y que restringe mucho el movimiento, haciendo muy difícil moverse o escapar si se siente incómodo. Los besos también son intensos y muchas veces requieren agarrar al animal fuertemente para que no se mueva, por lo que hay que conocer mucho al animal y saber si le gusta antes de hacerlo. Los perros generalmente prefieren estar cerca nuestro en lugar de ser abrazados. Es preferible siempre evitar estas interacciones intensas en animales desconocidos o en situaciones de estrés o incomodidad.

Se ha visto que la relación con la persona también es un factor importante en las preferencias del animal, de la misma forma que a la mayoría de nosotros no nos gustaría que un completo extraño viniera y nos abrazara apretadamente, pero no nos importa si es un amigo cercano.


Diferencias individuales.

Recuerda que cada perro y cada gato es un individuo único, con su propio espacio personal y sus preferencias particulares de dónde y cómo les gusta ser tocados. Y siempre tener en cuenta que algunos son más tolerantes y sociables que otros, e incluso que su disposición puede cambiar de un día a otro. Para muchos perros el contacto físico es un potente reforzador, pero el grado en que esto ocurre depende de la socialización y su familiaridad con la persona.


Quizás estés pensando “pero a mi gato le encanta que le acaricien la barriga” o mi perro ama los abrazos” y quizás sea así. Pero siempre hay que recordar prestar mucha atención al lenguaje corporal, y no asumir que les gusta algo por que a otro perro lo gato le gusta. Busca señales de agrado o de estrés para que te guíen a los que prefieren. Y si no estás seguro, hacer una prueba de consentimiento es una buena forma de respetarlo y tomar en cuenta sus sentimientos y gustos, lo que indudablemente va a mejorar la relacion entre ustedes.



Referencias

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Odendaal, J.S.J., Meintjes, R.A. (2003). Neurophysiological Correlates of Affiliative Behaviour between Humans and Dogs. The Veterinary Journal. 165: 296-301.


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